La MOTIVACIÓN es
el motor de accionar de las personas, es una capacidad interna que tiene el ser
humano por el cual es impulsado a realizar una determinada actividad.
Hay distintos tipos de motivación, nosotros nos centraremos
en la motivación deportiva, aquella que puede inspirar a los atletas a
esforzarse aún más para conseguir los objetivos que se quieren alcanzar. Es una
disputa, una guerra de opuestos entre caerse y levantarse, insistir y
abandonar, detenerse y seguir hacia adelante, retroceder y avanzar, creer y
desistir, confiar y perder esa confianza, amar lo que uno hace y ver que no es
suficiente, no llegar al objetivo y lograr dicha meta.
Las personas tienen una necesidad “escondida” de ser
motivados para lograr el máximo rendimiento deportivo. Los atletas necesitan
esa motivación, esa inspiración por la cual moverse, actuar, realizar deporte y
llegar a ese nivel que antes no se lograba. Esta motivación varía depende de la
persona; la podemos encontrar en el amor, la pasión, el esfuerzo, la
dedicación, la profesión, el intelecto, la familia, los afectos, los hijos, los
entrenadores, el deporte en sí, los objetivos deportivos, la gloria, los logros
y la autorrealización, esa autosuficiencia que siente un deportista cuando
logra alcanzar lo más alto sabiendo que dio todo de sí mismo por llegar a donde
llego, ese sentimiento de no tener límites, de renovar la inspiración por
alcanzar metas y objetivos nuevos constantemente.
La motivación surge de una mezcla de dedicación, amor al
deporte, esfuerzo colectivo e individual y logros deportivos y humanos. Esta
motivación se contagia y es deber del entrenador poder lograr una motivación
colectiva en el equipo de tal modo que los integrantes del grupo se sientan tan
motivados que sea imposible que bajen los brazos. Sin embargo, puede ocurrir
que pase eso, pero en ese caso ese jugador va a tener un equipo atrás que lo va
a respaldar, lo va a apoyar, a cuidar, a proteger, a animar para que el jugador
lo vuelva intentar y se dé cuenta de que
nada es imposible si uno se lo propone.
Algunos motivadores intentan sacar a flote esa fuerza
interior de los atletas por medio de la negación, de la frustración de los
deportistas a quienes menos desprecian, desvaloran, critican, para lograr ese
enfurecimiento, ese enojo que los haga esforzarse aún más. Otros en cambio,
utilizan las palabras positivas, el grito emotivo, las lágrimas, buscan tocar
los sentimientos y las emociones de los atletas. Hay muchas maneras de motivar
y cada entrenador tiene la suya.
Está en uno mismo el nivel de esfuerzo y dedicación con el
que afronta las cosas. Las personas motivadas llegan a dar su máximo potencial
y es deber de los entrenadores, lograr esa inspiración en los jugadores con
varias acciones, la más importante de ellas es que los jugadores crean en su
entrenador, crean en sus palabras, sus ideales, sus convicciones y sepan que lo
que están haciendo no es poco, sino que es seguir a un líder en quien confían ,
ya que de eso se trata la motivación: lograr el máximo potencial influenciado
por inspiraciones, palabras, ideales, lecciones de vida.