viernes, 15 de mayo de 2015

Motivación

La MOTIVACIÓN es el motor de accionar de las personas, es una capacidad interna que tiene el ser humano por el cual es impulsado a realizar una determinada actividad.

Hay distintos tipos de motivación, nosotros nos centraremos en la motivación deportiva, aquella que puede inspirar a los atletas a esforzarse aún más para conseguir los objetivos que se quieren alcanzar. Es una disputa, una guerra de opuestos entre caerse y levantarse, insistir y abandonar, detenerse y seguir hacia adelante, retroceder y avanzar, creer y desistir, confiar y perder esa confianza, amar lo que uno hace y ver que no es suficiente, no llegar al objetivo y lograr dicha meta.

Las personas tienen una necesidad “escondida” de ser motivados para lograr el máximo rendimiento deportivo. Los atletas necesitan esa motivación, esa inspiración por la cual moverse, actuar, realizar deporte y llegar a ese nivel que antes no se lograba. Esta motivación varía depende de la persona; la podemos encontrar en el amor, la pasión, el esfuerzo, la dedicación, la profesión, el intelecto, la familia, los afectos, los hijos, los entrenadores, el deporte en sí, los objetivos deportivos, la gloria, los logros y la autorrealización, esa autosuficiencia que siente un deportista cuando logra alcanzar lo más alto sabiendo que dio todo de sí mismo por llegar a donde llego, ese sentimiento de no tener límites, de renovar la inspiración por alcanzar metas y objetivos nuevos constantemente.

La motivación surge de una mezcla de dedicación, amor al deporte, esfuerzo colectivo e individual y logros deportivos y humanos. Esta motivación se contagia y es deber del entrenador poder lograr una motivación colectiva en el equipo de tal modo que los integrantes del grupo se sientan tan motivados que sea imposible que bajen los brazos. Sin embargo, puede ocurrir que pase eso, pero en ese caso ese jugador va a tener un equipo atrás que lo va a respaldar, lo va a apoyar, a cuidar, a proteger, a animar para que el jugador lo vuelva  intentar y se dé cuenta de que nada es imposible si uno se lo propone.

Algunos motivadores intentan sacar a flote esa fuerza interior de los atletas por medio de la negación, de la frustración de los deportistas a quienes menos desprecian, desvaloran, critican, para lograr ese enfurecimiento, ese enojo que los haga esforzarse aún más. Otros en cambio, utilizan las palabras positivas, el grito emotivo, las lágrimas, buscan tocar los sentimientos y las emociones de los atletas. Hay muchas maneras de motivar y cada entrenador tiene la suya.

Está en uno mismo el nivel de esfuerzo y dedicación con el que afronta las cosas. Las personas motivadas llegan a dar su máximo potencial y es deber de los entrenadores, lograr esa inspiración en los jugadores con varias acciones, la más importante de ellas es que los jugadores crean en su entrenador, crean en sus palabras, sus ideales, sus convicciones y sepan que lo que están haciendo no es poco, sino que es seguir a un líder en quien confían , ya que de eso se trata la motivación: lograr el máximo potencial influenciado por inspiraciones, palabras, ideales, lecciones de vida.


Esta motivación intenta enfrentar el mayor desafío de los atletas: la persona interior. Es aquella voz consciente de lo que hacemos que intenta tirar todo el esfuerzo por la borda. Sin darse cuenta, uno mismo es su peor enemigo, es quien interfiere y pone obstáculos en el camino y también es quien te critica el esfuerzo y lo que haces. Cada atleta, por medio del esfuerzo y la motivación debe superar a dicho enemigo, el más poderoso: uno mismo.















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